Una vida llena de alegría
¿Qué es la alegría y cómo podemos experimentarla?
¡Realmente es posible vivir una vida llena de alegría en todas las situaciones!
Los sentimientos van y vienen, ¡pero la alegría es más que un sentimiento! La alegría es una certeza que viene de tomar decisiones agradables a Dios. «Has amado la justicia, y aborrecido la maldad, por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de alegría más que a tus compañeros.» (Hebreos 1,9)
La alegría en mis pruebas
No es la intención que la alegría la experimentemos sólo en tiempos buenos; si vivimos según la palabra de Dios también podemos experimentar alegría si estamos enfermos, cansados o en situaciones desagradables. Santiago escribe, «Tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas.» (Santiago 1,2). Pero, ¿cómo podemos considerar nuestras pruebas como una alegría?
El verso siguiente da la respuesta: «Sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.» (Santiago 1,3) Justamente cuando experimento situaciones difíciles, cuando no me siento feliz y estoy sin fuerzas, es que encuentro el pecado en mi naturaleza que causa la infelicidad. Encuentro mi impaciencia y descontento. Estos tiempos de adversidad son oportunidades para negar el pecado en mi naturaleza, y así reemplazarlo por virtud. ¡Esto realmente es algo por lo cual alegrarse!
Este verso de una de nuestras canciones, escrito por un hombre que escribió de su corazón y su vida como cristiano, tiene el tono de la verdad:
«Tu ley guardar siempre yo quiero,
anhelo contigo sufrir.
Así nada me hace daño,
de salvación me va a servir.»
(Elihu Pedersen, Caminos del Señor # 283)
La alegría de servir a los demás
He experimentado que es una alegría obedecer a Dios cuando pienso en su amor por mí y el buen efecto que tienen la obediencia, tanto para mí como para los que me rodean. La Palabra de Dios habla de amar y servir a los demás· «Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.» (Filipenses 2, 3-4). Cuando estoy enfocado en mis propios sentimientos, problemas, pensamientos y opiniones, entonces no experimento la alegría.
La alegría de la palabra de Dios
La Palabra de Dios dice que debo confiar en Él con todo mi corazón. Hay alegría en buscar a Dios por dirección y confiar que cuidará de mí y dirigirá mi vida conforme a su voluntad.
Es fácil seguir mis sentimientos e inclinaciones humanas; requiere un esfuerzo estar alegre cuando la situación o mi estado de ánimo dicta lo contrario. Debo tomar una elección. Necesito orar por ayuda y ser obediente a la Palabra de Dios.
La Palabra de Dios dice que debo echar toda mi ansiedad sobre Él. A través de la oración podemos rechazar todos los pensamientos pesados, porque sabemos que todas las pruebas que enfrentamos ayudan para nuestro bien: «sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza.» (Romanos 5, 3-4). La alegría es simple. Entonces está ausente la preocupación, duda y sufrimiento terrenal. Es el resultado de la obediencia a la Palabra de Dios, de elegir hacer lo que es correcto, y es una recompensa para aquellos que hacen la voluntad de Dios, como también lo podemos ver de la propia vida de Jesús. La alegría es anhelar cosas con un valor eterno en lugar de dinero, cosas materiales, honor o un matrimonio y carrera ideal.
¡Cada elección de obedecer a Dios es un paso lejos del pecado y de los pensamientos pesados, y un paso más cerca de una alegría que cada vez mayor!
Escritura retirada da New King James Version®, a menos que especificado de outra forma. Copyright © 1982 por Thomas Nelson. Usado com permissão. Todos os direitos reservados.